LOS TRABAJADORES QUE FABRICAN EL IPHONE VAN A LA HUELGA
29 de marzo de 2012
Cientos de trabajadores que producen los iPhones en la fábrica de Foxconn en la provincia de Shanxi, China se han ido a la huelga exigiendo mejores salarios y condiciones. Foxconn, emplea a más de un millón de trabajadores en China para fabricar productos electrónicos de consumo tales como el iPhone para las empresas occidentales, y ha enfrentado crecientes críticas en los medios de comunicación debido a las malas condiciones laborales que llevan a los suicidios.
Foxconn opera como una “outsourcing” [1] al servicio de empresas estadounidenses, europeos, coreanos y japoneses en China. Las trasnacionales reubican [2] el proceso productivo trasladando la fabricación a China para aprovechar que los salarios promedio son inferiores y obtener grandes ganancias en la venta final de estos artículos. Es a lo que Marx denomina, incrementar la plusvalía de manera absoluta. Utilizan Foxconn como un proveedor para desviar y ocultarse de las críticas por las malas condiciones de trabajo y bajos salarios. Las trasnacionales alegan que ellos no “pueden” intervenir ya que los fabricantes chinos son independientes de las trasnacionales que comercializan el producto final, cuando en realidad es que utilizan a Foxconn para bajar los salarios y las condiciones más de lo que serían capaces de hacerlo como empleadores directos.
No obstante este truco, dada las pésimas condiciones de trabajo, las tendencias suicidas entre los trabajadores chinos de Foxconn han sido denunciadas y van en aumento en los medios de información. Esto ha obligado a Foxconn a incrementar los salarios, probablemente a petición de Apple en un intento por poner fin a la cobertura mediática negativa y a las campañas estudiantiles y de consumidores llamando al boicot o huelga de compras contra productos que no respetan los derechos humanos.
Los informes señalan que la huelga de hoy en día al parecer se relaciona directamente con esto, ya que los trabajadores llaman la atención, en que el aumento de sueldo prometido sólo se ha dado a los gerentes y técnicos, pero no la gran mayoría de los trabajadores activos. Un trabajador promedio sólo recibe 1.550 yuanes, que son alrededor de $3332.00 pesos mexicanos al mes. Esto también llama la atención a los trabajadores mexicanos ya que el salario mínimo de un obrero es de 62.33 pesos diarios que suman $1869.90 pesos al mes (924.12 yuanes al mes). Es decir los llamados esclavos chinos ganan un 56% más que un obrero mexicano de salario mínimo.
China es un Estado sumamente reservado y autoritario, en donde la concentración de mano de obra en grandes fábricas, en donde se observan escenas de explotación y presión parecidas a las descritas en el infierno de Dante.
La huelga que hoy comentamos, no incluye a toda la fábrica, pero si muestra, que a pesar de la represión, los trabajadores están dispuestos a la lucha, y la concentración de miles y miles de proletarios en un solo centro laboral, por el proceso de relocalización convierte esta huelga en un sitio clave para el desarrollo de la lucha de clases a nivel mundial
[1] Outsourcing. El capitalismo en su etapa neoliberal, en su afán de incrementar la plusvalía (ganancias) utiliza los servicios de empresas intermediarias para rebajar los salarios, eludir el pago de prestaciones laborales, y de indemnizaciones laborales, violentando las medidas mínimas de seguridad, higiene y capacitación. Las empresas bajo el sistema “Outsourcing” son mascaras que ocultan la desregulación y explotación salvaje de los empresarios neoliberales.
[2] Margaret Tatcher buscando menguar la lucha de clases en Inglaterra, fomentó la llamada “relocalización”, que consiste en reubicar en países semicoloniales el proceso productivo dejando para la metrópoli imperialista el proceso de investigación, desarrollo tecnológico y comercialización final. Tatcher conocida popularmente entre los trabajadores como Maggie Thatcher, Milk Snatcher (la roba leche de los niños) provocó con la relocalización y el Outsourcing que cientos de miles de trabajadores británicos quedaran desempleados, golpeando la base militante sindical, siendo por ello muy popular entre los políticos imperialistas y de extrema derecha.
