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martes, 22 de marzo de 2011

LIBIA SI, YANKEES NO



LIBIA: UN PUNTO DE VISTA DE CLASE.

El pueblo Libio debe decidir por el mismo, es decir TODOS los trabajadores que residen en Libia. Los histéricos que claman contra Kadaffi y no contra Clinton, Obama o el imperio olvidan quien debe decidir, los trabajadores libios, es decir la inmensa mayoría del pueblo y no la ridícula minoría de empresarios.

El materialismo dialéctico no ha enseñado que la burguesía de los países dependientes, que toda burguesía “criolla” reproducirá el sistema capitalista y hundira en la miseria al pueblo trabajador. ¿Kadaffi un asesino?, eso le corresponde decidirlo al pueblo trabajador libio, pero no lo hara si permtimos y no condenamos la intervención de la OTAN y los Estados Unidos en los asuntos que corresponde resolver a los libios

México en marzo de 1916 fue objeto de una invasión yakkee con argumentos similares a los que hoy gritan contra libia la prensa. La expedición punitiva de Pershing que persiguió al “bandido asesino” Pancho Villa. Los yankees y aliados de la OTAN están interviniendo para poyar a sus peones políticos. Están dispuestos a utilizar toda la fuera del imperio, militar y mediática, política y manipuladora, financiera y de bloqueo si en medio del conflicto interno surge una opción propia del pueblo no sujeta a los designios del imperio. Por eso debemos decir con firmeza: Ni Kadaffi, ni el Imperio, optamos por el pueblo trabajador Libio.

Socialismo Revolucionario México (SRM) hace un llamado fraternal a las organizaciones sindicales, de izquierda y revolucionarias a no confundir el “antimiperialismo” de Kadaffi con el antiimperialismo de países como Cuba. Kadaffi esta muy lejos de ser el Che Guevara. El gobierno de Kadaffi es un fiel aliado del imperialismo y ha sostenido y sostiene el capitalismo y a las petroleras imperialistas, invirtiendo las enormes ganancias que deja el petróleo en empresas que destacan como explotadoras de la mano de obra en europa y en todo el mundo.

Si el imperialismo invade Libia no es para destruir el aparato represivo de Kadaffi, sino para evitar un eventual triunfo de la revuelta popular, que obligaría a renegociar los privilegios de la casta gobernante y de las empresas extranjeras, para evitar que los consejos populares que se han ido formando en las diversas regiones rebeldes, y que estos consejos planteen reformas radicales; por ello debemos pronunciarnos contra la intervención de la OTAN y de los “yanquis” en Libia.

DE TRABAJADOR MEXICANO A TRABAJADOR LIBIO

Los trabajadores mexicanos tenemos mucho que aprender de la crisis Libia, nuestros hermanos trabajadores libios padecen una legislación laboral similar a la mexicana. Nuestra ley federal del trabajo fue inspirada en el fascismo italiano, que impone sindicatos registrados por el gobierno al igual que en Libia, donde la ley sólo reconoce un sindicato único, la General Trade Union Federation of Workers (GTUFW), central sindical totalmente dependiente del gobierno de Kadaffi. En Libia al igual que en México las autoridades laborales vigilan y limitan los registros sindicales y la negociación colectiva

La Ley Federal del Trabajo de México fue copiada e impuesta con algunas adaptaciones de la Italia fascista, país del que Libia fue colonia. Por ello, los trabajadores mexicanos hemos padecido una ley que obligaba a la sindicalización única y sabemos de lo que es capaz un gobierno que favorece a los patrones como en su tiempo lo hizo el PRI en México y Kadaffi en Libia.

La propuesta de reforma a la ley federal del trabajo impugnada por la izquierda mexicana, la llamada Ley Laboral Peña Nieto del PRI obliga al igual que la ley libia de Kadaffi al arbitraje obligatorio con penas de prisión y multa a quien no acate las resoluciones de las huelgas prohibiendo en la práctica cualquier huelga. El gobierno libio al igual que el de Calderón establece unilateralmente los salarios y puede igualmente recortar unilateralmente los salarios.

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La crisis que vive actualmente el capitalismo pone al orden del día la urgente necesidad de una organización que eleve el nivel de conciencia de los trabajadores para acabar con la explotación del hombre por el hombre y establezca un gobierno de los trabajadores del campo y la ciudad