Desde el inicio del actual proceso electoral en Honduras, después de ocurrido el golpe de Estado del 28 de Junio, el Partido Socialista Centroamericano (PSOCA) llamó a los trabajadores y la izquierda a boicotear las elecciones, porque caracterizábamos que el golpe de Estado pretendía lavarse la cara a través de un proceso electoral amañado y fraudulento. Bajo las condiciones de militarización de Honduras, bajo la más dura represión en las calles, no existían condiciones democráticas para que la izquierda participara, ya sea con la candidatura independiente o con las candidaturas del Partido Unificación Democrática (UD).
No obstante que era obvio que el golpe de Estado pretendía ser lavado por medio de elecciones antidemocráticas, en este periodo resultaba preocupante la falta de una actitud clara y beligerante de las candidaturas de izquierda, que declaraban que estaban a punto de retirarse por falta de condiciones, pero no lo hacían esperando que cuajara la negociación y que el presidente Manuel Zelaya fuera reinstalado en el poder.
En el fondo, la izquierda, tanto la candidatura independiente encabezada por Carlos H Reyes, como la encabezada por Cesar Ham por parte de UD, anhelaban canalizar para sus propias agrupaciones el ascenso de masas expresados en las heroicas jornadas de resistencia. Pero los golpistas tenían muy claros sus objetivos: extirpar a Manuel Zelaya del poder ejecutivo, quitarle capacidad de incidir desde el gobierno en el proceso electoral, en fin, que el poder y el régimen político fuera redefinido únicamente por las cúpulas del Partido Liberal y el Partido Nacional.
Y por ello es que el famoso y abyecto Acuerdo de Guaymuras no ha sido implementado en su totalidad, Micheletti retrasa su plena vigencia porque hasta el último momento los golpistas tratan de impedir que la resistencia popular se convierta en una fuerza parlamentaria. Todo indica que a Manuel Zelaya, en el mejor de los casos, lo reinstalan en el poder a escasos días de la realización de las elecciones, o lo utilizan nada más para colocarle la banda al próximo presidente.
No percatarse que estos eran los objetivos estratégicos de los golpistas, es una verdadera ingenuidad política. Afortunadamente, la realidad es tozuda, se impone por encima de cualquier esquema teórico preconcebido. Las bases del Frente Nacional de Resistencia, así como las bases de apoyo de la candidatura independiente, han logrado finalmente, imponer su voluntad: el boicot electoral.
Un sabio refrán popular dice que “más vale tarde que nunca”. En ese sentido, aunque lo hayan hecho demasiado tarde, el Partido Socialista Centroamericano (PSOCA) saluda el retiro oficial de la campaña electoral por parte de la candidatura independiente encabezada por Carlos H Reyes, y conformada por Bertha Cáceres, Nidia Hernández y Carlos Amaya, como designados presidenciales. Ahora tenemos un problema concreto: las boletas están impresas, es un retiro que el fondo no es retiro. Aunque no hayan hecho proselitismo, oficialmente participaran en las elecciones. En todo caso, lo que debemos valorar es la voluntad política de sus dirigentes.
Cesar Ham debe tomar el mismo camino. No importa perder la personalidad jurídica de UD, lo que no se debe hacer es avalar las elecciones por medio de las cuales los golpistas pretenden legitimar el golpe de Estado y al nuevo presidente de la República.