Los compañeros del Partido Socialista Centroamericano (PSOCA), nos nos envian el siguiente artículo para que los trabajadores del mundo comprendan el proceso de cambio que ocurre en Honduras.
CELAYA HA TOMADO EL CAMINO DE LA NEGOCIACIÓN
El presidente de Honduras, Zelaya arribó al país con la finalidad de entablar conversaciones con el gobierno de facto y los demás sectores involucrados en el golpe de Estado, estos están atendiendo su llamado y el primero en llegar a la embajada de Brasil (donde se refugia el presidente desde el 21 de septiembre) fue un “personaje del gobierno de facto”, aunque no se precisó quién, y con el cual -dijo Zelaya- que no se llegó a ningún acuerdo con él. Este personaje fue seguido por el representante de la iglesia católica Arzobispo Juan José Pineda, para “dar un primer paso en la ruta del diálogo” –según sus palabras- pero hablando a favor de Micheletti y, horas más tarde llegaron cuatro de los candidatos presidenciales, quienes adujeron estar de acuerdo con reformar la Constitución “siempre y cuando sea dentro del marco legal” (Esta expresión ya es disco rayado). Parte de esta reunión fue transmitida por un noticiero local y en ella estuvieron presentes los representantes de la Resistencia y Zelaya mencionó a Rásel Tomé, Carlos Reina (dirigentes liberales) y la Primera Dama Xiomara Castro de Zelaya. Con todo esto queremos hacer notar que: Lastimosamente, los dirigentes obreros dejaron pasar la oportunidad de ser los líderes en este conflicto y encausar la ruta que convenía seguir; promover los cambios sociales que se requieren en nuestro país y no dejarle el espacio libre al “melismo”, (pues la lucha se pintó de rojo y blanco, quedando a nivel del rencor partidista) simplificando la verdadera causa del problema que debe ser la lucha de clases a favor de una verdadera práctica democrática. Con este diálogo los candidatos pretenden dos cosas: garantizar las elecciones para –sutilmente- legalizar el golpe militar y, hacer una maniobra política para dejar impune los graves delitos fraguados en el golpe, durante el régimen y los que aun se están cometiendo contra el pueblo en resistencia, a través de la firma del acuerdo de San José que claramente favorece a los golpistas. Y al parecer, Manuel Zelaya solamente busca su restitución en el poder no la expulsión del régimen de facto y sus aliados oligarcas. Los trabajadores no podemos olvidar que, los políticos son “políticos” por lo que se mantiene latente el peligro de negociaciones amañadas entre ellos, riesgo que podría evitarse con la presencia o asesoramiento de los líderes sindicales, obreros y magisteriales como representantes de la clase trabajadora en cualquier negociación que sea necesario realizar. En este proceso de recuperación democrática es el pueblo quien debe tomar las decisiones, el mismo Zelaya lo pregona en sus discursos, pero por la forma en que dirige su “diálogo conciliador” da la impresión de que nada más pretende aprovecharse del clamor popular para su propio beneficio. Aquí es donde los sectores populares debemos recuperar el espacio perdido y estar alertas ante la bifurcación de intereses que se avecina. No debemos permitir que nuestros mártires hayan ofrendado su vida en vano. No podemos desamparar a todos los compatriotas que han sido reprimidos en estos 89 días de resistencia. No dejemos que la oligarquía y los políticos de turno se salgan con la suya y continúen jugando con la voluntad del pueblo. El Partido Socialista Centroamericano (PSOCA) apela a la reivindicación de la lucha popular en este conflicto de poderes exigiendo el derrocamiento de Micheleti, el reclamo de la convocatoria a una Asamblea Constituyente, el rechazo a la firma del acuerdo de San José, el respeto a los Derechos Humanos y el acatamiento a la voluntad del pueblo mediante un gobierno provisional conformado por los sectores populares para garantizar el retorno a la constitucionalidad en nuestra Honduras.
LA LUCHA CONTRA LOS GOLPISTAS ESTÁ EN PELIGRO
Hecho que llama considerablemente la atención, ya que en un momento de conmoción política, el estado de excepción tiene el objetivo de desmovilizar y paralizar las acciones de las masas. Paradójicamente, en ese contexto, el Frente Nacional de Resistencia no convoco a movilización alguna, sino que llamo para que los pobladores de los distintos barrios y colonias se tomaran esos espacios. Recordemos que, las acciones emprendidas el día martes fueron de forma espontanea, no respondían a acciones planificadas sino a movimientos espontáneos de las masas. Por lo que nos parece extraña la actitud mostrada por ambos sectores, todo pareciera que las cartas de la negociación están tiradas sobre la mesa, y frente a ello se hace necesario descomprimir los movimientos sociales. Una prueba concreta de lo afirmado anteriormente, es la visita a la embajada de Brasil del arzobispo de Tegucigalpa Juan José Pineda, quien sirvió de intermediario de Roberto Micheletti. “Todos hemos hablado de dialogo, pero nadie se ha querido exponer, por ello doy el primer paso” declaraba el arzobispo a los distintos medios de comunicación. De igual manera, la visita de los candidatos presidenciales de ambos bandos, donde después de reunirse en casa presidencial inmediatamente se trasladaron hacia la embajada de Brasil para establecer los acuerdos consensuados. El peligro de las negociaciones
Es importante recalcar que la presencia de Manuel Zelaya en el país, más el amplio movimiento de masas que se ha gestado tras el golpe de Estado, ha obligado a los sectores oligárquicos y a la burguesía nacional acelerar el proceso de negociación. El acuerdo de San José fue una de las medidas del imperialismo para dilatar el proceso. No obstante, Manuel Zelaya siempre estuvo de acuerdo con todas la medidas impuestas por Oscar Arias, aunque lo limitasen y le coartaran en gran medida su mandato. De igual manera, después de su arribo a Honduras el presidente depuesto señaló que venía de forma pacífica con el objetivo de abrir el dialogo, que en una palabra pasa por su restitución. Es decir, que el Presidente Zelaya nunca estuvo por el derrocamiento popular del gobierno espurio de Roberto Micheletti, sino por entablar las negociaciones a partir de la movilización de las masas y la presión internacional. Lo peligroso de este proceso es que las negociaciones se están realizando a espaldas de las masas y sin su consentimiento. Es decir, que no somos la mayoría los que estamos decidiendo sobre el futuro político del país, sino que son el pequeño grupo de oligarcas que emprendieron el golpe de Estado y la violación profunda de los derechos humanos junto a los “zelayistas”. El mismo Elvin Santos, candidato político del Partido Liberal, participe del golpe de estado se ha dado un caluroso abrazo con el presidente Zelaya. Como podemos observar, los acuerdos están casi listos, sin embargo no contemplan las necesidades fundamentales de las masas, aquellas que son las que realmente asegurarían un cambio radical en la forma de vida de las mayorías desposeídas. Resulta paradójico, que aquellos que hemos puesto nuestros muertos, hemos arriesgado a nuestra familia, nuestros trabajos y nos hemos enfrentado a la cruda represión nos veamos traicionados por nuestras direcciones, que a su comodidad y a su conveniencia estén entregando la ardua lucha que marco este proceso. Es por todo ello que el Partido Socialista Centroamericano (PSOCA) hace un firme llamado a todos los sectores populares a que no entreguemos la lucha y a no confiar en el proceso de negociación entablado por la burguesía golpista y el presidente Zelaya. La restitución del “orden constitucional” no nos asegura una transformación profunda en las condiciones sociales que por siglos han imperado, para ello se hace necesario que los trabajadores y campesinos de forma independiente impongamos los caminos que orientaran el futuro de las generaciones venideras. Es por todo ello que no debemos confiar en las negociaciones a nuestras espaldas. El presidente Zelaya está en la obligación de consultarle a su base cualquier salida, de no ser así, quedara demostrado el carácter oportunista de su vinculación a las organizaciones populares. ¡Digamos no a las negociaciones con los golpistas a espaldas de los trabajadores y del pueblo! ¡No confiemos en las direcciones oportunistas y entreguistas!
Partido Socialista Centroamericano (PSOCA)