Comité por una Internacional de Trabajadores
Cuando se aproximaba el final de la segunda guerra mundial, en julio de 1944, las principales potencias aliadas, llegaron a los acuerdos de Bretón Woods, que reconocieron la hegemonía económica mundial de los Estados Unidos, y establecieron una arquitectura financiera mundial, con el objeto de evitar la repetición de una recesión similar a la que antecedió a la guerra, que incluyó una contracción del comercio internacional del 40%, e impulsar la reconstrucción capitalista de los países destruidos en la guerra. Fruto de estos acuerdos, nacieron el Fondo Monetario Internacional, el Banco Mundial, y en 1948 se agregó el GATT[1], este último más tarde reemplazado por la Organización Mundial del Comercio.
El objetivo más importante de la arquitectura económica aprobada en Bretton Woods fue asegurar un nuevo orden para la economía mundial y apoyar el comercio capitalista internacional, con un régimen internacional monetario confiable, con tipo de cambio estable y fuerte, en el cual el dólar estadounidense como patrón. Se acordó la total convertibilidad del Dólar norteamericano en oro con una cotización de 35 US$ por onza, el banco emisor de USA quedaba obligado a comprar y vender el dólar a esa cotización.
Ya en los años 60 el alto déficit fiscal de los EE.UU. comenzó a resquebrajar el diseño, la política fiscal inflacionaria seguida por los gobiernos de Washington, para financiar sus crecientes gastos, sobretodo con su participación en la guerra de Vietnam, pusieron en cuestión la posibilidad de intercambiar por oro la creciente masas monetaria del dólar. Finalmente en 1971 el presidente Nixon puso fin definitivo a la convertibilidad en oro del dólar.
No obstante, el dólar continuó siendo la moneda por excelencia para el comercio exterior y las inversiones internacionales de todo el mundo. Ninguna otra moneda tiene tan amplia aceptación, en todas partes es posible cambiar dólares en moneda local, y en muchas incluso comprar directamente en dólares. El papel de la moneda norteamericana como moneda a la vez nacional y mundial, ha permitido a los EE.UU. una situación privilegiada. Los Estados Unidos pueden producir dólares para financiar sus crecientes ‘déficit gemelos’[2], porque como parte de la moneda será atesorada en otros países, y usada como moneda para invertir y comerciar en otras economías, una parte de la inflación resultante de la mayor masa monetaria también resulta exportada al resto del mundo.[3]
Al liberarse en 1971 de la restricción que implicaba para producir dinero, la existencia del patrón de convertibilidad del dólar en oro, se preparó el camino para la expansión geométrica de la cantidad de moneda, y de la creciente economía financiera especulativa que estuvo en los orígenes del estallido de la burbuja de las hipotecas subprime, y de los ‘activos tóxicos’.
Ahora que el dólar está perdiendo solidez y credibilidad, no hay que olvidar que la moneda finalmente refleja la hegemonía de la economía norteamericana. Los años dorados de crecimiento capitalista, se han evaporado junto con el declive del dólar, y el anuncio del fin de lo que resta de la arquitectura financiera que tras la segunda guerra mundial, ayudó al ciclo largo de crecimiento.
Por primera el FMI se prepara a emitir sus propios bonos de deuda, que han despertado un gran interés entre los países llamados ‘emergentes’ como China, Rusia y Brasil, que podrían deshacerse de bonos más riesgosos, permitiendo a las economías cambiar de reservas de un activo a otro sin impacto presupuestario.
Además rompiendo su tradición de recomendaciones de ‘austeridad fiscal’, ahora el fondo ha recomendado a algunos países presupuestos fiscales de gasto expansivo, ‘anti-cíclicos’, tal es el caso de Tanzania y Mozambique.
PROMESAS INCUMPLIDAS
El 2 de abril, los grandes medios de comunicación, anunciaron con júbilo que los líderes del G-20 habían resuelto incrementar los recursos económicos del Fondo Monetario Internacional (FMI) en 500.000 millones de dólares (373.000 millones de euros), con lo que su financiación total disponible sería de 750.000 millones de dólares. La cifra suponía triplicar los fondos de la institución financiera global, principalmente para economías en problemas [4]. Pero, a más de dos meses del acuerdo, las promesas de triplicar los recursos del FMI todavía no se cumplen. De hecho el congreso de representantes de EE.UU. rechazó la legislación, presentada por el gobierno como un apéndice al presupuesto para financiar la guerra de Irak y Afganistán. En parte con un voto republicano contrario a traspasar dinero que el FMI podría utilizar en operaciones de rescate de la banca europea occidental expuestos a la recesión en países de Europa Oriental. [5]
Una preocupación mayor sobre el devenir futuro de la crisis es el debilitamiento de la confianza en el dólar. El secretario del Tesoro de los Estados Unidos, Timothy Geithner, en la Universidad de Beijing durante su primera visita oficial a China, aseguró la fortaleza del dólar y dijo que los billones de dólares chinos invertidos en dólares no resultarían dañados por esta crisis, lo que provocó un estallido de risa entre sus oyentes, una reacción elocuente de la situación de la moneda norteamericana.
Cuando aún estamos en plena recesión, y las amenazas de deflación no se han extinguido, los responsables de la FED (Reserva Federal, el Banco Central en Estado Unidos) ya están preocupados porque los enormes gastos fiscales para convertir las pérdidas privadas en costos públicos, como una manera de salir de la crisis, pueden estar anunciando un nuevo colapso en el futuro, como producto del debilitamiento del dólar y la inflación resultante, con lo cual la salida de la recesión – cuando tenga lugar – sería prematura y de corta duración, solo para caer en nuevo colapso. La deuda fiscal de EE.UU. en 2011 será 70% del PIB contra 40% antes de la crisis. El déficit presupuestario, de la principal economía del planeta podría llegar este año a 1.8 trillones de dólares.[6]
Una preocupación mayor sobre el devenir futuro de la crisis es el debilitamiento de la confianza en el dólar. El secretario del Tesoro de los Estados Unidos, Timothy Geithner, en la Universidad de Beijing durante su primera visita oficial a China, aseguró la fortaleza del dólar y dijo que los billones de dólares chinos invertidos en dólares no resultarían dañados por esta crisis, lo que provocó un estallido de risa entre sus oyentes, una reacción elocuente de la situación de la moneda norteamericana.
Cuando aún estamos en plena recesión, y las amenazas de deflación no se han extinguido, los responsables de la FED (Reserva Federal, el Banco Central en Estado Unidos) ya están preocupados porque los enormes gastos fiscales para convertir las pérdidas privadas en costos públicos, como una manera de salir de la crisis, pueden estar anunciando un nuevo colapso en el futuro, como producto del debilitamiento del dólar y la inflación resultante, con lo cual la salida de la recesión – cuando tenga lugar – sería prematura y de corta duración, solo para caer en nuevo colapso. La deuda fiscal de EE.UU. en 2011 será 70% del PIB contra 40% antes de la crisis. El déficit presupuestario, de la principal economía del planeta podría llegar este año a 1.8 trillones de dólares.[6]
EL DILEMA CHINO
Algunos países comienzan a tomar medidas, frente a la desvalorización del dólar, y para asegurar su comercio exterior bilateral. Así, China y Brasil, anunciaron un acuerdo para comerciar en sus monedas nacionales. China además llegó a un acuerdo para abrir una línea de crédito por 70 mil yuanes (aproximadamente 10.000 millones de dólares) a Argentina, para que pueda pagar sus importaciones desde el país oriental. China, ya había cerrado este tipo de acuerdos con otros países asiáticos (Corea del Sur, Malasia o Hong Kong) lo que podría apuntar al objetivo de reemplazar al dólar como moneda de comercio global. Esto no es fácil, la economía norteamericana sigue siendo la más importante del globo, su gigantesco mercado constituye el principal destino de las exportaciones de mercaderías desde China, y la mayoría de los países ‘emergentes’. Pero además China es hoy el principal poseedor de bonos de deuda norteamericana en dólares, En 2008, China sola poseía el 46% de la deuda del tesoro, (US$ 696.000 millones). Las compras de bonos de deuda pública por el país asiático son una de las principales fuentes para las finanzas norteamericanas. De manera que acelerar la desvalorización del dólar, paradójicamente a consecuencia de medidas para evitar sus efectos, puede tener repercusiones negativas sobre el tesoro, y también sobre las exportaciones, de China, agravando la recesión y dando al traste las señales de recuperación de la producción manufacturera en China, una de los pocos signos positivos que puede mostrar la economía mundial a casi dos años de comenzar la crisis en los Estados Unidos.
EL PROBLEMA DE LA FED
El dilema frente al que se encuentran las autoridades del FED en EE.UU. es que si comienzan una política monetaria contractiva, para apoyar un dólar fuerte, el alza de las tasas de interés boicotearía una eventual reactivación, encarecería el crédito en general, y dañaría fuertemente al sector inmobiliario y al consumo, que en pasado fueron las locomotoras del crecimiento, y que ahora son sectores en los cuales ahora Bernanke, el jefe de la Reserva Federal, ve señales optimistas en Estados Unidos. Sin embargo, de no actuar corre el riesgo de dejar que la situación se desboque, pasando de los temores de deflación en el presente, a un shock inflacionario futuro de la moneda norteamericana. Por el lugar que ocupa el dólar en la arquitectura financiera mundial, esto podría provocar una nueva catástrofe del sistema capitalista para el mundo.
Por ello, hoy más que nunca, los trabajadores debemos redoblar nuestros esfuerzos por coordinar una respuesta también global ante la amenaza real de nuevos golpes. De ahi la necesidad de apoyar y sumarse a las tareas de construcción que impulsa el Comité por una Internacional de Trabajadores
(CIT)
(CIT)
NOTAS
[1] General Agreement on Tariffs and Trade (Acuerdo General sobre Comercio y Aranceles)
[2] Se llama ‘déficit gemelos’ a los déficit fiscales (mayor gasto público que recaudación fiscal) que ocurren simultáneamente con déficit comerciales (de la balanza de comercio exterior).
[3] Máximo Kinast. LA CAIDA DEL IMPERIO
http://economiaconmaximo.blogia.com/2006/072401-la-caida-del-imperio.php
[4] Expansion.com
http://www.expansion.com/2009/04/02/economia-politica/1238675525.html
[5] The Economist print edition, Jun 11th 2009
[6] La Tercera, 14 de junio de 2009
[2] Se llama ‘déficit gemelos’ a los déficit fiscales (mayor gasto público que recaudación fiscal) que ocurren simultáneamente con déficit comerciales (de la balanza de comercio exterior).
[3] Máximo Kinast. LA CAIDA DEL IMPERIO
http://economiaconmaximo.blogia.com/2006/072401-la-caida-del-imperio.php
[4] Expansion.com
http://www.expansion.com/2009/04/02/economia-politica/1238675525.html
[5] The Economist print edition, Jun 11th 2009
[6] La Tercera, 14 de junio de 2009