Muy de madrugada, los oficiales reaccionarios que controlan el ejército hondureño, dieron un golpe de estado destituyendo al Presidente Manuel Zelaya. Socialismo Revolucionario México, se solidariza con la justa lucha del pueblo Hondureño, contra los militares y políticos neoliberales que violando la Constitución han destituido al Presidente legítimo y electo por la mayoría del pueblo trabajador. El ejército de manera ilegal impone por las armas a un político que defenderá los privilegios de la ridícula de zánganos empresarios que mantienen a la mayoría del pueblo trabajador en la miseria. Apoyamos la lucha de nuestros hermanos centroamericanos hondureños. Reproducimos la declaración de nuestros hermanos del PSOCA.
DECLARACION DEL PARTIDO SOCIALISTA CENTROAMERICANO (PSOCA)
HONDURAS: ¡ABAJO EL GOBIERNO ESPURIO DE ROBERTO MICHELETTI!
¡ABAJO EL GOLPE DE ESTADO EN HONDURAS!
¡LAS CENTRALES OBRERAS Y LA CNRP DEBEN CONVOCAR A UNA HUELGA GENERAL EN DEFENSA DE LAS LIBERTADES DEMOCRATICAS!
Las masas populares se rebelan contra el Golpe de Estado
Fieles a su tradición contrarrevolucionaria, los altos mandos del ejército hondureño, después de muchas vacilaciones, han propinado un golpe de Estado en contra del presidente Manuel Zelaya, apresándolo y desterrándolo hacia Costa Rica. Los militares han vuelto a asaltar el poder en Honduras, rompiendo 27 años de una frágil democracia burguesa excluyente, en donde el Partido Liberal y el Partido Nacional se alternaban en el poder y resolvían sus diferencias por los cauces institucionales.
La Cuarta Urna: el detonante
Desde Enero del 2008, el presidente Manuel Zelaya comenzó a inclinarse suavemente hacia los gobiernos de izquierda latinoamericanos, al firmar un convenio con la compañía venezolana PETROCARIBE y adherirse posteriormente a la Alternativa Bolivariana de las Américas (ALBA), que promueve el presidente Hugo Chávez.
Este giro a la izquierda del presidente Manuel Zelaya acrecentó las contradicciones con otros influyentes sectores de la burguesía hondureña, que temen perder los privilegios del poder. En los dos últimos años las contradicciones entre el gobierno de Manuel Zelaya y la alianza burguesa jefeada por Roberto Micheletti, presidente del Congreso Nacional, se mantuvo dentro de los cauces institucionales, pero cada vez más al rojo vivo. Los militares se mantuvieron al margen, argumentando respeto a la Constitución Política de 1982.
Sin embargo, la propuesta del presidente Manuel Zelaya de convocar a una Asamblea Nacional Constituyente, causo pánico en el otro sector de la burguesía. Ante el escollo que significaba la mayoría de diputados en el Congreso Nacional, que se negaban a convocar a una Asamblea Nacional Constituyente conforme los mecanismos constitucionales, el presidente Manuel Zelaya impulsó la idea de celebrar una encuesta a nivel nacional, organizada por el Instituto Nacional de Estadísticas (INE), en la que se le preguntaría al pueblo sobre la necesidad de colocar una Cuarta Urna en las elecciones generales de Noviembre del 2009, para convocar a una Asamblea Nacional Constituyente.
La repuesta del otro sector de la burguesía en contra de la encuesta de la Cuarta Urna fue contundente: la Iglesia Católica y todas las instituciones del Estado (Fiscalía, Congreso Nacional, Corte Suprema de Justicia, Tribunal Supremo Electoral, etc) cerraron filas en contra de la propuesta de realizar la encuesta sobre la Cuarta Urna.
Este giro a la izquierda del presidente Manuel Zelaya acrecentó las contradicciones con otros influyentes sectores de la burguesía hondureña, que temen perder los privilegios del poder. En los dos últimos años las contradicciones entre el gobierno de Manuel Zelaya y la alianza burguesa jefeada por Roberto Micheletti, presidente del Congreso Nacional, se mantuvo dentro de los cauces institucionales, pero cada vez más al rojo vivo. Los militares se mantuvieron al margen, argumentando respeto a la Constitución Política de 1982.
Sin embargo, la propuesta del presidente Manuel Zelaya de convocar a una Asamblea Nacional Constituyente, causo pánico en el otro sector de la burguesía. Ante el escollo que significaba la mayoría de diputados en el Congreso Nacional, que se negaban a convocar a una Asamblea Nacional Constituyente conforme los mecanismos constitucionales, el presidente Manuel Zelaya impulsó la idea de celebrar una encuesta a nivel nacional, organizada por el Instituto Nacional de Estadísticas (INE), en la que se le preguntaría al pueblo sobre la necesidad de colocar una Cuarta Urna en las elecciones generales de Noviembre del 2009, para convocar a una Asamblea Nacional Constituyente.
La repuesta del otro sector de la burguesía en contra de la encuesta de la Cuarta Urna fue contundente: la Iglesia Católica y todas las instituciones del Estado (Fiscalía, Congreso Nacional, Corte Suprema de Justicia, Tribunal Supremo Electoral, etc) cerraron filas en contra de la propuesta de realizar la encuesta sobre la Cuarta Urna.
Los militares se quitaron la mascara
El presidente Manuel Zelaya intentó quebrar el statu quo de los últimos 27 años, apelando a la consulta popular. En su oportunidad, criticamos la propuesta de celebrar la encuesta sobre la Cuarta Urna por considerar que no era el mecanismo adecuado para que el pueblo expresara su voluntad, que resultaba insuficiente para que el pueblo decidiera democráticamente los rumbos de la nación.
No obstante, a pesar del carácter limitado de la encuesta sobre la Cuarta Urna, por debajo, en lo más profundo de la sociedad hondureña, comenzó a producirse un cambio en la correlación de fuerzas, favorable a la propuesta de convocar a una Asamblea Nacional Constituyente. La cúpula de las Fuerzas Armadas se negó a colaborar y garantizar la logística de la encuesta, produciéndose un abierto enfrentamiento entre el Presidente Manuel Zelaya y el jefe del Ejército, general Romeo Vásquez Velásquez.
La valentía del presidente Manuel Zelaya de destituir al general Romeo Vásquez Velásquez y de llamar a la movilización popular para defender la realización de la encuesta, aceleró los acontecimientos. Las simpatías de la mayoría de la población, que odia a los militares, amenazaban convertir la encuesta en una gigantesca participación popular que, de haberse realizado, hubiera significado un golpe político mortal, en medio de la campaña electoral, al sistema bipartidista asentado en el Partido Liberal y el Partido Nacional.
Sin embargo, en un tiempo record y sentando un inusual precedente, la Corte Suprema de Justicia amparó al destituido general Vásquez Velásquez, y el Congreso Nacional votó una resolución desaprobando la conducta del presidente Manuel Zelaya. Todas las instituciones del Estado burgués se rebelaron contra el intento del presidente Manuel Zelaya de modificar el statu quo.
No fue una causalidad que, después de dos días de tensa y relativa calma, de intensas negociaciones secretas y de conspiraciones, habiendo obtenido el consenso de las fuerzas burguesas, los militares se atrevieron a derrocar el presidente Manuel Zelaya en la madrugada del día 28 de Junio, el mismo día que se iba a realizar la encuesta de la Cuarta Urna.
Nuestras críticas sobre el carácter limitado e insuficiente de la encuesta sobre la Cuarta Urna, han perdido razón de ser. La encuesta fue boicoteada por los militares. Lo más importante en la actualidad es luchar contra el golpe de Estado.
No obstante, a pesar del carácter limitado de la encuesta sobre la Cuarta Urna, por debajo, en lo más profundo de la sociedad hondureña, comenzó a producirse un cambio en la correlación de fuerzas, favorable a la propuesta de convocar a una Asamblea Nacional Constituyente. La cúpula de las Fuerzas Armadas se negó a colaborar y garantizar la logística de la encuesta, produciéndose un abierto enfrentamiento entre el Presidente Manuel Zelaya y el jefe del Ejército, general Romeo Vásquez Velásquez.
La valentía del presidente Manuel Zelaya de destituir al general Romeo Vásquez Velásquez y de llamar a la movilización popular para defender la realización de la encuesta, aceleró los acontecimientos. Las simpatías de la mayoría de la población, que odia a los militares, amenazaban convertir la encuesta en una gigantesca participación popular que, de haberse realizado, hubiera significado un golpe político mortal, en medio de la campaña electoral, al sistema bipartidista asentado en el Partido Liberal y el Partido Nacional.
Sin embargo, en un tiempo record y sentando un inusual precedente, la Corte Suprema de Justicia amparó al destituido general Vásquez Velásquez, y el Congreso Nacional votó una resolución desaprobando la conducta del presidente Manuel Zelaya. Todas las instituciones del Estado burgués se rebelaron contra el intento del presidente Manuel Zelaya de modificar el statu quo.
No fue una causalidad que, después de dos días de tensa y relativa calma, de intensas negociaciones secretas y de conspiraciones, habiendo obtenido el consenso de las fuerzas burguesas, los militares se atrevieron a derrocar el presidente Manuel Zelaya en la madrugada del día 28 de Junio, el mismo día que se iba a realizar la encuesta de la Cuarta Urna.
Nuestras críticas sobre el carácter limitado e insuficiente de la encuesta sobre la Cuarta Urna, han perdido razón de ser. La encuesta fue boicoteada por los militares. Lo más importante en la actualidad es luchar contra el golpe de Estado.
El Congreso Nacional eligió a un presidente espurio
Todavía existe mucha confusión sobre la situación en Honduras debido a que los militares han bloqueado el acceso del pueblo a los medios de comunicación masivos. Los golpistas presentaron una carta de supuesta renuncia del presidente Manuel Zelaya al cargo. Queda claro que la nueva dictadura militar pretende legitimarse a través de la elección de un presidente provisional, electo por el Congreso Nacional. Roberto Micheletti, el gran enemigo del presidente Manuel Zelaya, fue electo como el nuevo y espurio presidente de Honduras.
Esta desesperada medida pretende dotar de legitimidad democrática a los golpistas y retornar a la calma social. La elección de Micheletti con dos tercios de los votos de los diputados del Congreso Nacional demuestra que el golpe de Estado fue producto de una tenebrosa conspiración de los sectores burgueses que estaban en contra de la ruptura del statu quo.
Esta desesperada medida pretende dotar de legitimidad democrática a los golpistas y retornar a la calma social. La elección de Micheletti con dos tercios de los votos de los diputados del Congreso Nacional demuestra que el golpe de Estado fue producto de una tenebrosa conspiración de los sectores burgueses que estaban en contra de la ruptura del statu quo.
La hipocresía de la OEA
Una vez más ha quedado demostrado el carácter contrarrevolucionario de la Organización de Estados Americanos (OEA), la cual ha mantenido una actitud tibia en relación al derrocamiento del presidente Manuel Zelaya. La Carta Democrática de la OEA, que supuestamente obligaría a todos los países miembros de la OEA a cerrar filas y no reconocer a un gobierno golpista, ha demostrado ser un papel mojado, que utiliza a su gusto y conveniencia el gobierno de los Estados Unidos.
La administración Obama ha condenado tardíamente el derrocamiento del presidente Manuel Zelaya, cuando los hechos estaban consumados y cuando éste se encontraba desterrado en Costa Rica. La tibieza de la OEA nos indica que esa organización se prepara para apadrinar una negociación, pero teniendo por fuera, por el momento, al presidente Manuel Zelaya.
El golpe de Estado ha provocado que algunos sectores tengan ilusiones en que la presión internacional puede restituir al presidente Manuel Zalaya en el poder. La realidad es que los trabajadores y demás sectores oprimidos no podemos confiar en los organismos diplomáticos del imperialismo, solo podemos confiar en nuestras propias fuerzas y en la movilización a nivel nacional e internacional, para hacer retroceder a los golpistas.
La administración Obama ha condenado tardíamente el derrocamiento del presidente Manuel Zelaya, cuando los hechos estaban consumados y cuando éste se encontraba desterrado en Costa Rica. La tibieza de la OEA nos indica que esa organización se prepara para apadrinar una negociación, pero teniendo por fuera, por el momento, al presidente Manuel Zelaya.
El golpe de Estado ha provocado que algunos sectores tengan ilusiones en que la presión internacional puede restituir al presidente Manuel Zalaya en el poder. La realidad es que los trabajadores y demás sectores oprimidos no podemos confiar en los organismos diplomáticos del imperialismo, solo podemos confiar en nuestras propias fuerzas y en la movilización a nivel nacional e internacional, para hacer retroceder a los golpistas.
Todos contra el golpe militar
Desde el Partido Socialista Centroamericano (PSOCA) llamamos a la más amplia unidad de acción de todos los sectores políticos de Honduras, y del resto de Centroamérica, que estemos dispuestos a luchar contra el golpe de Estado, por el restablecimiento de las libertades políticas.
Las consecuencias del golpe de Estado se harán sentir directamente sobre las organizaciones de los trabajadores y del movimiento popular. Los militares buscaran como acallar las críticas, reprimiendo cualquier manifestación de descontento popular. Intentaran intervenir los sindicatos, perseguir y acosar a la dirigencia de las centrales obreras y de la Coordinara Nacional de Resistencia Popular (CNRP) que agrupa al movimiento popular.
Las consecuencias del golpe de Estado se harán sentir directamente sobre las organizaciones de los trabajadores y del movimiento popular. Los militares buscaran como acallar las críticas, reprimiendo cualquier manifestación de descontento popular. Intentaran intervenir los sindicatos, perseguir y acosar a la dirigencia de las centrales obreras y de la Coordinara Nacional de Resistencia Popular (CNRP) que agrupa al movimiento popular.
¡Abajo el gobierno espurio de Micheletti!
A pocas meses de realizase las elecciones generales de Noviembre del 2009, Roberto Micheletti asume el gobierno de Honduras, sin contar con el consentimiento de la mayoría de la población. Este gobierno es una careta de los militares golpistas que se esfuerzan en hacerse pasar como los defensores de la constitucionalidad.
Por esta razón, desde el Partido Socialista Centroamericano (PSOCA) llamamos a los trabajadores y al pueblo de Honduras, a luchar sin descanso y producto de la movilización popular a echar al basurero de la historia a este gobierno reaccionario y espurio.
Por esta razón, desde el Partido Socialista Centroamericano (PSOCA) llamamos a los trabajadores y al pueblo de Honduras, a luchar sin descanso y producto de la movilización popular a echar al basurero de la historia a este gobierno reaccionario y espurio.
Huelga general para defender las libertades democráticas
En los últimos años, Honduras ha experimentado un alza de las luchas populares, lo que ha permitido la creación y consolidación de la CNRP como la conquista política y organizativa más importante de los trabajadores y la izquierda. Entre las luchas más importantes podemos mencionar la toma de Tegucigalpa ocurrida el 26 de agosto del 2003, las jornadas del año 2007 que incluyeron 16 tomas de carreteras en todo el país, hasta culminar con los tres Paros Cívicos Nacionales del año 2008.
Todas estas conquistas políticas y organizativas están en peligro por el golpe de Estado. Aunque los militares se esfuercen en presentarse como blandos, la realidad es que terminaran dirigiendo la represión contra el movimiento obrero y popular.
Retomando la tradición de los tres paros cívicos nacionales decretados durante el año 2008, las centrales obreras, los colegios magisteriales y el movimiento popular agrupado en torno a la CNRP deben convocar a una huelga general hasta lograr el restablecimiento de las libertades democráticas.
Esta huelga general no solo es necesaria para derrotar a los golpistas, sino también para evitar las represalias que vienen sobre los sindicatos y demás organizaciones popular que apoyaron la propuesta de la encuesta de la Cuarta Urna.
Todas estas conquistas políticas y organizativas están en peligro por el golpe de Estado. Aunque los militares se esfuercen en presentarse como blandos, la realidad es que terminaran dirigiendo la represión contra el movimiento obrero y popular.
Retomando la tradición de los tres paros cívicos nacionales decretados durante el año 2008, las centrales obreras, los colegios magisteriales y el movimiento popular agrupado en torno a la CNRP deben convocar a una huelga general hasta lograr el restablecimiento de las libertades democráticas.
Esta huelga general no solo es necesaria para derrotar a los golpistas, sino también para evitar las represalias que vienen sobre los sindicatos y demás organizaciones popular que apoyaron la propuesta de la encuesta de la Cuarta Urna.
A organizar la resistencia contra los golpistas
Independientemente de si se logra convocar a la huelga general por el restablecimiento de las libertades democráticas, el momento obrero y popular debe colocarse a la cabeza de la lucha democrática, y organizar la resistencia contra el gobierno espurio de Micheletti.
Esta resistencia debe incluir reuniones en los centros de trabajo y de estudio, la organización de manifestaciones de protesta, la defensa de las oficinas y locales públicos de los sindicatos y organizaciones populares, por la defensa del empleo, la estabilidad de los empleados públicos, hasta crear un vasto movimiento de masas que termine con el gobierno espurio de Micheletti. Llamamos en especial a la juventud de las universidades, colegios de secundaria y de las barriadas pobres, a participar en las jornadas de lucha contra la nueva dictadura cívico-militar.
Esta resistencia debe incluir reuniones en los centros de trabajo y de estudio, la organización de manifestaciones de protesta, la defensa de las oficinas y locales públicos de los sindicatos y organizaciones populares, por la defensa del empleo, la estabilidad de los empleados públicos, hasta crear un vasto movimiento de masas que termine con el gobierno espurio de Micheletti. Llamamos en especial a la juventud de las universidades, colegios de secundaria y de las barriadas pobres, a participar en las jornadas de lucha contra la nueva dictadura cívico-militar.
¡¡Soldados, desobedezcan las órdenes de sus jefes!!
El Partido Socialista Centroamericano (PSOCA) llama a los soldados a no obedecer las órdenes de sus jefes golpistas. La mayoría de los soldados son hijos de obreros y campesinos, los llamamos a rebelarse, a no disparar nunca contra el pueblo, a no perseguir a los opositores que luchan contra el gobierno espurio de Roberto Micheletti.
Llamamos a que los soldados se unan a la resistencia popular, a que convoquen a asambleas de soldados, y se unan a esta gigantesca jornada de lucha contra el gobierno nacido del golpe de Estado.
Movilización internacional de los trabajadores contra el golpe de Estado
Mientras algunos sectores consideran que las presiones diplomáticas del imperialismo norteamericano y de la Unión Europea (UE) van a lograr el restablecimiento de la democracia en Honduras, desde el Partido Socialista Centroamericano (PSOCA) llamamos a desarrollar la más amplia movilización continental y mundial contra el golpe de Estado en Honduras.
Centroamérica, 28 de Junio del año 2009.
Llamamos a que los soldados se unan a la resistencia popular, a que convoquen a asambleas de soldados, y se unan a esta gigantesca jornada de lucha contra el gobierno nacido del golpe de Estado.
Movilización internacional de los trabajadores contra el golpe de Estado
Mientras algunos sectores consideran que las presiones diplomáticas del imperialismo norteamericano y de la Unión Europea (UE) van a lograr el restablecimiento de la democracia en Honduras, desde el Partido Socialista Centroamericano (PSOCA) llamamos a desarrollar la más amplia movilización continental y mundial contra el golpe de Estado en Honduras.
Centroamérica, 28 de Junio del año 2009.
Secretariado Ejecutivo Centroamericano (SECA) del Partido Socialista Centroamericano (PSOCA)